IUL: por qué no es para todo el mundo aunque hoy esté de moda
Hoy en día, todo el mundo habla del IUL. Se promociona como la solución perfecta, el producto “estrella” y, para muchos, la respuesta rápida a sus problemas financieros. El problema no es el IUL en sí. El problema es cómo se está vendiendo, cómo se está comprando y, sobre todo, cómo se está entendiendo.
La realidad es clara: un IUL no es para todo el mundo, aunque sea una herramienta poderosa cuando se usa correctamente y para el perfil adecuado.
Cuando el producto se vuelve moda
En la industria de los seguros se está viendo un fenómeno preocupante:
agentes que dicen “yo solo vendo IUL”, como si el producto fuera más importante que la persona.
Aquí es donde vale la pena hacer una pausa y preguntarse con honestidad:
¿estamos asesorando o simplemente empujando un producto?
Un buen asesor no empieza por el producto. Empieza por:
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La necesidad real del cliente
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Su situación financiera actual
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Su horizonte de tiempo
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Su tolerancia al riesgo
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Sus objetivos a corto, mediano y largo plazo
Cuando todo gira alrededor del IUL, el cliente deja de ser el centro de la conversación.
El error más común del comprador: querer resultados rápidos
Cada vez es más frecuente escuchar frases como:
“Quiero un IUL porque quiero dinero rápido”.
Aquí hay una confusión peligrosa.
Un IUL no es un producto de dinero rápido.
Es una herramienta que:
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Requiere tiempo
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Necesita constancia
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Funciona mejor a largo plazo
Si alguien entra a un IUL esperando resultados inmediatos, se está engañando o lo están engañando. Y en ambos casos, el resultado suele ser frustración.
La responsabilidad es compartida
Este problema no es solo de un lado.
La responsabilidad es de ambas partes:
Por un lado, algunos agentes
Una nueva ola de agentes que, con buenas intenciones pero poca profundidad, actúan como si:
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Solo existiera el IUL
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Todo cliente calificara
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Todo objetivo se resolviera con el mismo producto
Eso no es asesoría. Eso es venta.
Por otro lado, los compradores
Personas que:
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Compran por moda
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Compran por lo que escucharon en redes
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Compran sin entender realmente lo que están firmando
La moda financiera, al igual que la ropa, no le queda bien a todo el mundo.
IUL vs. pólizas con garantías: no es una competencia
Uno de los errores más comunes es plantear el IUL como si fuera “mejor” que todo lo demás.
No lo es.
Es diferente.
Hay clientes que:
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Necesitan garantías claras en el tiempo
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Buscan estabilidad y previsibilidad
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No quieren exposición a variaciones del mercado
Para esos perfiles, una póliza con garantías puede ser la mejor decisión.
Insistir en un IUL en esos casos no es asesorar, es forzar.
La diferencia entre un asesor y un vendedor
Aquí es donde realmente se nota la diferencia profesional.
🔹 Un vendedor empuja un producto
🔹 Un asesor detecta una necesidad
El rol del asesor no es impresionar con términos técnicos ni vender lo que está de moda.
Es recomendar lo que realmente funciona para ese cliente específico, incluso si eso significa no vender un IUL.
Y esa honestidad, a largo plazo, es la que construye confianza, reputación y resultados reales.
Experiencia vs. tendencia
Después de más de 14 años en la industria, hay algo que queda claro:
los productos pasan de moda, las malas decisiones se quedan.
Un IUL puede ser:
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Una herramienta sumamente poderosa
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Un gran complemento financiero
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Una excelente estrategia para ciertos perfiles
Pero no es una solución universal.
Y definitivamente no es para todos.
No compres por moda
El mensaje final es simple, pero contundente: 👉 No compres por moda, porque la moda no a todo el mundo le acomoda.
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